jueves, 31 de octubre de 2019

Educación Prohibida: Entrevista a Daniel Mangold.


Daniel es médico y se dedica a la docencia en la escuela rural EFA de la localidad de Totoras. Educador comprometido, siempre se ha ocupado de conocer y difundir las consecuencias de las prácticas agropecuarias tóxicas para la salud, tanto en su ámbito como en otros. Este interés, nos cuenta, lo llevó a sufrir persecuciones políticas e ideológicas por parte de pares y vecinos. En la nota nos aclara las que supone que podrían ser actitudes que motivan estas conductas de sus vecinos. Te invitamos a leerla:

P: ¿Cuál fue el detonante que hizo establecer tu posición como militante en la lucha ambiental contra las empresas productoras de agrotóxicos?

Daniel Mangold. 
R: Son muchas situaciones, no creo sea una puntual. La deforestación, la muerte de peces en los ríos, el envenenamiento de las poblaciones rurales incluidas las escuelas, la avaricia desmedida, el egoísmo y sentimiento fascista del sector agropecuario. La imposibilidad de acceder a tierras para producir o vivir de un modo saludable. La violencia que ejerce el sector con las poblaciones campesinas e indígenas como si viviéramos en tiempos de la conquista. La insufrible represión del sector constituido como un lobby mafioso que subordina el poder político y a las instituciones del estado para conseguir sus intereses privados en detrimento de la salud y las libertades de los pueblos. Y por sobre todas las menciones precedentes, mi preocupación sobre el escenario futuro que heredarán nuestros hijxs.

P: ¿Vos pensas que las personas son conscientes de los peligros que representa el uso de agrotóxicos y cultivos genéticamente modificados?
¿Por qué es así esto?

R: Algunxs sectores son consientes y otros no. Tanto desde el propio sector productivo y del resto de la población ocurre lo mismo. La desinformación o información mendaz respecto al tema es uno de los principales flagelos que reproduce esta situación de ignorancia en la población. Por otra parte, cuando hay intereses creados respecto a la reproducción de la riqueza, es una situación que enfrenta la propia condición humana que en pos del amor al dinero, muchas personas optan por las ganancias en desmedro de su propia salud y la población.

P: ¿Se prioriza el beneficio económico en lugar que la salud propia y de
la comunidad?

R: En la mayoría de los casos es así. Y generalmente quien toma utilidades de este modelo productivo no asume o vive las consecuencias de este modelo productivo en forma directa. Esto ocurre en las altas esferas del lobby sojero, ya que las personas que lo llevan adelante en el campo sufren o sufrirán las consecuencias de tales prácticas, del mismo modo que la comunidad que no está advertida y consume alimentos derivados de la agroindustria porque son “más baratos” que los producidos agroecológicamente. Esto último también pone de manifiesto cómo desde las ganancias o el ahorro se prioriza el dinero a costas de la salud.

P: En tu rol de educador, ¿de qué forma propusiste modificar esta situación?
R: Por un lado, como médico, reconozco y advierto con bases científicas los mecanismos de acción de los agrotóxicos y sus consecuencias con la salud y el ambiente. Por otro lado, las implicancias sociales del modelo y las sociedades extractivistas como estas, van en el sentido opuesto de la hominización de la sociedad mundo(en términos de Morin), por lo tanto por un lado advertimos este futuro pero también facilitamos acciones concretas en nuestros territorios que van en el sentido de la vida saludable de las comunidades. En este último caso, desarrollamos y promovemos sistemas de producción agroecológicos mediante cursos de formación docente y profesional en cada espacio pedagógico que intervenimos, sea docente o con productorxs agropecuarixs campesinxs.

P: ¿Sentís que algún tipo de influencia sobre la comunidad educativa
puede haber generado movimientos que sacudan la naturalización de las
prácticas con agrotóxicos? ¿Qué peso tuvo en tu vida cotidiana y en tu
trabajo?

R: Los estudios realizados como los campamentos sanitarios, las intervenciones de muchxs docentes, profesionales, periodistas comprometidxs, cientificxs no subordinadxs al poder hegemónico, las nuevas tecnologías comunicacionales, las evidentes consecuencias socioambientales sobre las propias comunidades a nivel global, son elementos indubitables que gravitan en la problematización al menos del estatus quo.
EFA Totoras.
En nuestras vidas cotidianas, las acciones militantes son penadas tanto por el sector del agronegocio y su entramado de complicidad que incluye al propio estado, tanto nacional como provincial y comunal. Incluso en nuestros espacios laborales, el lobby sojero con sus mandaderxs ejerce violencia de distintas maneras cuyo objetivo es acallar voces disidentes que ponen en evidencia las consecuencias nefastas del modelo productivo hegemónico. También la propia comunidad colonizada por el modelo ejerce localmente y de distintas maneras situaciones violentas y persecutorias a las personas que luchamos por una vida justa y saludable.

P: ¿En qué consistió la persecución que sufriste? ¿Todavía la sufrís? ¿De qué manera?
R: En mi caso, durante mi ejercicio laboral fui perseguido ideológicamente de modo que las propuestas pedagógicas intra y extra áulicas no fueron apoyadas y a la vez fueron perseguidas, teniendo como corolario final mi propia expulsión de la Escuela de la Familia Agrícola de Totoras.

Actualmente la situación laboral en la EFA es precaria, ya que la mayoría de lxs docentes forman parte de una comunidad cómplice por acción u omisión que sostiene el modelo imperante. Las relaciones humanas están afectadas, el clima es tenso y existe una perversa construcción subjetiva de enemigo interno de la institución respecto a de mi persona. Esto forma parte de una estrategia de estigmatización de la lucha organizada de Lxs Vecinxs Autoconvocadxs por la Vida de Totoras (del cual formo parte activamente)

P: ¿Cuál es la postura de los habitantes de Totoras respecto de tu caso?
R: Variada. Mucho pueblo apoya la causa, motivo que generó el contexto necesario para mi reincorporación posterior. Por otro lado, lxs actores que tienen intereses creados con el lobby sojero local siguen sosteniendo obstinadamente sus más oscuras intenciones para con nosotrxs.

P: ¿Qué diferencias ves entre los que están a favor y en contra del uso de agrotóxicos y cultivos genéticamente modificados? ¿A qué crees que se deben estas diferencias?
R: Podría caracterizar a lxs individuos a favor del agronegocio según mi subjetividad con las siguientes características:

* Ignorancia respecto a las consecuencias del modelo productivo, los efectos y mecanismos de acción de los agrotoxicos, la existencia de otras formas de agricultura, etc.

* Egoísmo al desarrollar y pensar actividades que redundan en beneficios económicos personales en detrimento de los intereses comunes de las comunidades

* Intolerancia con otras formas de vida, pensamientos disidentes, con otras formas de vida y culturas.

* Hipocresía cono instrumento de auto persuasión de que hacen lo correcto o que pueden disimular sus propias acciones. Ejemplo de ello es sentirse religiosos, conservadores en sus principios, trabajadores frente al resto de la sociedad y en la vida cotidiana tales principios están subvertidos a la opresión, la avaricia a la ganancia deshonesta y la esclavitud de los sectores empobrecidos de la sociedad. Cuando pregonan ser respetuosxs de la ley y sobornan a las estructuras del estado para tenerlo como dispositivo que les garantice impunidad para la consecución de sus negocios espurios.

* Sentimientos fascistas al obligar a vivir al resto de la sociedad, generalmente a los sectores empobrecidos o no empoderados bajo condiciones inhumanas. Es decir, a vivir en ambientes envenenados masivamente, a comer alimentos tóxicos, a no brindar libertades para poder escapar a este designio, a abusar de los sectores desposeídos.

En el resto de la población muchos son indiferentes a la hora de luchar poniendo los cuerpos y propios recursos. En muchos casos, en la búsqueda de comodidad o paz, se accede a ser víctimas de la violencia ejercida por el sector agroindustrial. La colonización o esclavitud consiente hace que junto al miedo, la clase proletaria abdique en el reclamo de sus derechos frente a la clase dominante.

Muchos eventos que podrían resolverse teniendo al sistema jurídico como contexto favorable, son desaprovechados por las victimas favoreciendo la impunidad de las castas dominantes.

La falta de visión respecto a las consecuencias futuras de esta problemática es un contexto desfavorable para activar la lucha en este sector.

Nos falta organizarnos como parte de la sociedad sensible y consiente para construir sólidamente otra comunidad organizada por principios solidarios, saludables, justos y sustentables.

De todas maneras, en lo que remarco como faltas, debe reconocerse que en los últimos tiempos esa tendencia se está revirtiendo con la participación de numerosxs actorxs fuertemente comprometidxs e involucradxs a lar la pelea en los innumerables y diversos escenarios de nuestra vida en sociedad. 

Peligro, agrotóxicos.
Hasta aquí, la entrevista. Debemos reconocer que nos sentimos esperanzados, junto con Daniel, en que las personas que ignoran los efectos de sus prácticas económicas sean capaces de tomar conciencia, y como mínimo ampliar la mirada respecto de qué y a quiénes perjudican con prácticas cuyo ejercicio sienten como derecho propio; pero de cuyas consecuencias, muchas veces, no se hacen responsables.

Nadie es inocente hasta que se demuestre lo contrario.

Ezequiel Cavallero.
(Gracias a Fer Mut y Sofía Funes).

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